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 Rosas Negras (Primera parte, Capitulo 3)

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MensajeTema: Rosas Negras (Primera parte, Capitulo 3)   Rosas Negras (Primera parte, Capitulo 3) Icon_minitimeVie Oct 31, 2008 8:38 am

-Título de la historia: Rosas Negras
-Autor: P.J. Magaña Medina
-Género: Misterio, Aventura y Romance ... ¿Teror?
-Advertencia:
-PG-13 - PG: Se necesita supervición de los padres o un adulto y no es recomendable para niños menores de 13 años.
(un payaso psicopata con una sierra electrica puede traumar a algunos crios XP si sientes que de verdad da miedo no sigas leyendo n.n)
-Resumen :
Lauri, vocalista de una famosa banda, sufre un accidente en el cual pierde a un gran amigo. A raíz de esto cosas extrañas comienzan a pasar en su vida personal. Su esposa se torna lejana y no responde sus llamadas.
Pero eso es lo de menos si pensamos en el lugar en donde se encuentra.
Un extraño poblado donde nadie habla su idioma…esta solo y en peligro. La única forma de escapar es haciendo cosas que jamás imaginó…ni en sus peores pesadillas!
Un mundo de sueños…un mundo de pesadillas.
(Y si, si sale un Vampiro)




Priscila J.
Magaña Medina




The Black Roses

Rosas Negras (Primera parte, Capitulo 3) Rnfk6

Y una a una se pudren…
…se marchitan…
Pero sus espinas se endurecen.









Rosas Negras

"Estaba asustado y las manos me temblaban tanto que ya no podía sostener la pistola.
¡Había matado a alguien!"







Prólogo

El estaba ahí sentado, mirando los aviones despegar junto al azotador sol de la tarde.
El estaba nervioso, la forma tan inquieta en la que despedazaba una rosa le delataba.
Una mano se posó en su hombro. Una mano amiga.
—Seppo dice que a pesar de el tumulto de allá afuera nos irá bien. —Su amigo intentó tranquilizarle.
—No recuerdo haberme sentido tan preocupado antes, ni siquiera cuando fue nuestro primer concierto…Del otro lado del imponente cristal de la zona de aduana se podía apreciar a los aviones despegar y arribar.

—Que bueno que las bandas coincidimos en fecha—Le comentó, solo para calmarlo.
—No se Ville, siento que algo no esta bien…


No pudieron escuchar nada más. El sonido se cortó por una estrepitosa explosión que les perforó hasta las entrañas.
La visibilidad fue segada por escombro y tinieblas. Después solo se escucharon gritos de agonía y dolor.

Todo fue muy rápido, todo fue muy confuso. Tan caótico y tenebroso.
















Primera parte.


Capitulo 1.


Sus ojos se abrieron.
Las luces eclipsaron a las sombras e hicieron resaltar el verde intenso en sus iris.
La multitud gritaba con entusiasmo, incitándoles a seguir.
Sus saltos parecían congelarse en los segundos.
El público suplicaba por más, como vampiros sedientos de sangre.
Ellos continuaron tocando, continuaron haciendo que la batería, el bajo, la guitarra y el micrófono se sintieran vivos.
Ellos se sentían más que vivos.

“¡The Rasmus!” Rugieron las almas hasta en el fondo del foro.
“¡Lauri!” Una que otra fémina desgarraba su garganta.


— ¡Muchas gracias! —El dueño de los ojos verdes gritó junto con el nombre de aquella ciudad. Olas de pétalos negros acariciaron su rostro sonriente y satisfecho.

Las luces se apagaron por última vez, dándoles un manto de oscuridad a los cuatro músicos para escapar.
Cuando las luces se encendieron de nuevo solo quedaban los instrumentos. El concierto había terminado.

Un paliacate blanco fue lo primero en proteger sus finos cabellos dorados, después de quitarse uno que otro pétalo atrapado. Lentes de sol completaron su imagen.

—Dense prisa chicos— Uno de los representantes de la banda miró su reloj—Tenemos un horario que cumplir.
— ¿No vendrán fans a pedir autógrafos o cosas así? —Preguntó el baterista mientras se cambiaba de camisa.
Seppo negó con la cabeza.
—No, las cosas están muy tensas desde lo del incidente en el aeropuerto.
Los músicos sintieron un peso de tristeza, pero el vocalista se sintió peor.
Ellos habían estado ahí y habían sobrevivido. Sin embargo no todos gozaron de igual suerte.
Seppo abrió la boca para agregar algo más.
—No se irán en avión, continuaran el viaje en un autobús
— ¡Pero! ¿Por que? —El vocalista elevó la voz.
—Calma Lauri
—Escuchen…—Seppo elevó la voz— esto es lo que vamos a hacer: a ustedes les sacamos en un helicóptero, se irán con Mark hasta el autobús en las afueras de la ciudad. Los demás les alcanzaremos en el siguiente destino.
El baterista levantó una mano cual colegial.
— ¿Si, Aki?
— ¿Por qué ustedes si pueden irse en un avión y nosotros no?
Seppo chasqueó los dedos y su ayudante, Mark, le trajo un ordenador portátil.
En la pantalla corría un video, mostraba el embotellamiento que se había formado en la puerta del estadio.
—Y así esta a cinco calles a la redonda—Añadió el otro representante de la banda.
—Wow, si que somos famosos—respondió Aki maravillado.
—No seas idiota—La voz de Lauri congeló el ambiente. —Ni la mitad de esa gente esta aquí por ser nuestros fans, están aquí por nuestra relación con el incidente en el aeropuerto.
—Lauri…
Sus compañeros y amigos se le quedaron viendo escépticos, el no solía comportarse así.
“No entiendo como es que todos están… ¡tan tranquilos!”








El helicóptero estaba preparado y en marcha, con las palas de los rotores azotando el húmedo y tibio aire nocturno. La puerta estaba abierta, por lo que el sonido del motor ahogaba cualquier intento de mantener una conversación. No quedaba otra cosa que hacer más que esperar al último pasajero.
“¿Dónde estas Pauli?” Mark miraba su reloj con nerviosismo
—¡Perdón!
Pauli subió inmediatamente y cerró las dobles puertas del helicóptero. El rugido de la turbina del motor quedó reducido inmediatamente a un apagado zumbido.

—Perdón, esos tacos ya me estaban matando desde antes del concierto. —Pauli se acomodó junto a Lauri.

Las pequeñas luces de la ciudad se reflejaron en los ojos de Lauri mientras el Helicóptero se alejaba en medio de la noche.
Lauri apretó ojos y dientes por el coraje.






















Capitulo 2.

El abrió los ojos y en sus manos danzaba una rosa negra.
—Hasta que despiertas Lintuciento.
— ¿Eero? —Preguntó entre bostezos— ¿Eres el único despierto? —El lanzó por ahí la rosa. — y ¿Qué hora es? —Lauri buscó en su bolsillo un aparato, su celular.
— ¿Para que me preguntas la hora? si vas a verla de todos modos en tu teléfono.

“3.00 am “
Lauri bostezó de nuevo. “Hace rato que viajamos en la carretera” Lauri intentó encontrar forma alguna a través de la ventana, pero el paisaje estaba muy confuso y oscuro fuera del autobús.

Eero regresó a su lectura y Lauri a su celular.
El necesitaba comunicarse con su esposa cuanto antes, quería escuchar a su hijo y quería arreglar las cosas con su mujer. La última vez que se comunicaron la conversación había terminado en pelea.


“Sin señal”
—Diablos—Murmuró con el Sony Ericsson W610i en la mano.
Lauri dejó apoyada su cabeza en el cristal de la ventanilla.
El estaba preocupado por su familia, sus amigos y por el mismo.
Apenas hace una semana el estaba hablando con Ville Valo en el Aeropuerto, ellos eran grandes amigos y ahora el estaba...

— ¡Hag! —Lauri encogió su nariz asqueado.
— ¡Perdón! —Pauli intentó disculparse entre sueños.
— ¡Deja de desinflarte! —semidormido, Aki le lanzó un cojín.
Eero se limitó a rociar aromatizante junto a el y su libro.

Lauri se acomodó e intento dormir de nuevo, mañana lo intentaría con su esposa.





El autobús se movió bruscamente justó cuando Lauri comenzaba a conciliar el sueño y una segadora luz le ilumino los ojos. Un trailer había pasado muy cerca de ellos.

— ¡¿Que diablos fue eso?! —Mark fue a reclamarle al chofer del autobús.
—No se, las luces se encendieron de pronto, salio de la nada y me dejó ciego unos segundos—El conductor intentó explicarse. — Casi chocamos con ese trailer.
Mark se giró hacia los demás.
— ¿Están todos bien?

Sin embargo solo Lauri estaba ligeramente despierto.
—No se, casi quedo ciego.
El chofer se sintió apenado.
Mark regresó su lugar un tanto molesto.
—Sabia que no debimos viajar de noche, pero Seppo jamás me escucha. —El asistente de representante sacó su propio celular satelital.
“Sin señal”
—No me jodas…—Mark apretó su costoso celular satelital sin saber que los problemas ni siquiera habían comenzado.
— ¿Qué te pasa Mark? —Lauri lo miró desde el otro extremo del vehiculo.
—No, nada, estoy… estamos perfectos. —Su nariz detectó un olor sospechoso y Lauri se dio cuenta de ello por su expresión de asco. — ¿Acaso Pauli…
—Si—Lauri respondió antes de que Mark terminase la pregunta. —Casi volaba, literalmente, a la hora del concierto. —El soltó una ricilla sincera.
Mark le imitó.
Lauri había reído por primera vez, después de lo del aeropuerto… eso era bueno.
— ¿Sabes que podríamos despedirte por burlarte de uno de nosotros? —Ese aire de frialdad regresó a el.
Mark se calló.

Entonces fue el comienzo de los problemas. El bus se detuvo.
— ¿Y ahora que? —Mark no estaba feliz.
—No se que le sucede, fue revisado muchas veces antes del viaje—El chofer se refería al bus.
—Pues revísalo de nuevo.
El conductor bajó del vehiculo ante los regaños de Mark.
Mark solo era un asistente pero su trabajo era duro, el era casi un niñero inmediato y personalizado.
— ¿Qué pasa? —Aki se estiró.
—No es nada—Mark intentó tranquilizar las cosas.

—Nos estamos quedando sin gasolina, ya perdimos más de la mitad, al parecer por una fuga. —la puerta se abrió y les Informó el chofer el estado de la situación.
— ¿No que no era nada?
—No es nada… —Mark había entrado en la negación.
Estaban a mitad de la nada, en un país desconocido, en medio de un escándalo y sin combustible suficiente.
— ¿Qué haremos? —Eero fue el primero en preguntar.
—Yo lo resolveré… esta cosa tiene localizador satelital—Dijo refiriéndose al bus— Cuando vean que no nos movemos vendrán por nosotros.
—Genial, el ejército me rescatara por segunda vez en la semana—Dijo Lauri con sarcasmo.
—Al menos lo intenta—Eero se esforzó en calmar a su amigo.
—Mmmm ¿Por qué no conducimos con la gasolina que nos queda?, tal vez encontremos alguna señal de civilización— Aki fue el único que dio una idea razonable.

Mark sabía que eso no podía ser peor que no hacer nada, después de todo lo más importante era el horario.
—Bien, ¿Sam, puedes hacer que esto se mueva?
—De acuerdo—El conductor regresó a su lugar.

El motor ronroneó y el vehiculo se puso en marcha.

Lauri se acomodó nuevamente, esta vez sin deseos de dormir. Solo quería meditar unas cuantas cosas.

“Somos The Rasmus, la banda del momento. Viajamos por el mundo. Somos casi dioses para algunos fanáticos…hacemos lo que queremos cuando queremos… nos comportamos como adolescentes cuando ya rozamos los 30.
¿Es esta la vida que quiero?”

“Me siento tan seco… me siento vació y sin un verdadero propósito. Solo soy un títere de la mercadotecnia”

Su reflejo en el cristal se hizo aun más nítido.

“No terminé la preparatoria y sin embargo gano mas en una noche, que muchos universitarios en un mes. Lo único que hay que hacer es encontrar un estilo y ya no importa lo hueca que sea la canción para mí, con que el comprador crea que le llena el corazón es suficiente.
Después de todo eso es lo que somos, una empresa, un producto de la mercadotecnia creado para un mundo cada vez mas consumista”

Tomó el celular de nuevo, pero esta vez ya no era para llamar a Finlandia, era simplemente para escuchar algo de música.

“Todo el tiempo estoy en movimiento…solo para ser el payaso de un montón de adolescentes”

Fue entonces cuando el comenzó a pensar en su pequeño hijo, en su adorada esposa y en su confortable hogar…aunque hacia mucho que el no sabia realmente que es lo que era un hogar…un verdadero hogar.

“Ya me harte de este estilo de vida… ya no me hace sentir realmente un humano”

Lauri sintió que alguien gritaba algo y por eso se quitó uno de los audífonos.

— ¡Mark, mira! —Aki apuntó la imagen de un letrero que estaba del otro lado del virio.
En el letrero se podían contemplar tres símbolos universales: gasolinera, Teléfono y Hotel.

—Parece que hay una desviación para un pueblo o algo así—Mark razonó de inmediato. Ahí tenía que haber señal— ¡Entra a ella Sam! —Ordenó

Después de dos kilómetros de recorrer la autopista principal, el autobús se infiltró a una pequeña carretera de mala calidad. Incluso parecía ser de un solo sentido. Lauri salió de sus tristes pensamientos para observar el borroso y tétrico paisaje exterior.

—Mark… ¿Crees que sea por aquí? —Preguntó Eero desconfiado.
— ¿Estas asustado Eero? —Lauri dejó de ver la carretera para encontrarse con la cara de su amigo.
—No…
—No sean ridículos, solo es una carretera vieja y oscura—Explicó Mark.
—Pero estamos en Latinoamérica… asi que bien podrían salir Narcotraficantes o algo por el estilo y matarnos o secuestrar…

Si las miradas fuesen cuchillos…Sam ya hubiera sido apuñalado y mutilado repetidas veces por Mark.

—O tal vez ni siquiera aya pueblo alguno… tal vez nos conducen a una trampa—Dijo Lauri sombrío— Tal vez nos espera algo peor que a “HIM”
—No digas eso Lauri—Mark se veía molesto y los otros músicos (menos el que dormía) se veían asustados.
— ¿Que pasa? Nos quedamos de pronto sin gasolina y nosotros somos una banda mundialmente reconocida de músicos… no me dirás que es coincidencia.
—Claro que puede serlo… lo del viaje en bus salio de la nada. Hace un par de días aun creíamos seguir la gira en Avión—Mark no quería pelear con Lauri… pero eso ya era casi imposible a estas alturas. — Además no son tan geniales y famosos como creen, no son U2—Murmuró.
—Pues es una trampa muy elaborada, porque ya veo la entrada de la ciudad—El chofer apuntó un pequeño letrero en idioma desconocido para ellos. Solo entendieron que era una ciudad pues el nombre de ella estaba borroso.
—Un letrero no me dice nada—Lauri cruzó los brazos escéptico.
—No creo que sea una ciudad grande, tal vez es una de esas pequeñas ciudades planeadas—Comentó Mark
—Si fuese así la carretera debería estar mejor—Lauri tal vez estaba de mal humor por la falta de sueño, el largo viaje en bus, por la falta de atención marital, o bien, por la horrible muerte de un amigo.
Su mal humor era comprensible en ese caso.

—Recuerda que no estamos en un país de primer mundo—Eero fue la voz de la razón—El gobierno de este país tiene cosas mas importantes que hacer en lugar de pavimentar la carretera para nosotros…cosas como alimentar a la gente.
— ¡Hum! —Lauri les dio la espalda y se cubrió con su manta.…
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MensajeTema: Re: Rosas Negras (Primera parte, Capitulo 3)   Rosas Negras (Primera parte, Capitulo 3) Icon_minitimeVie Oct 31, 2008 8:39 am

Capitulo 3.

Aki jugaba con un Nintendo DS mientras esperaban el regresó de Mark y Sam.
Ambos se habían detenido en una gasolinera a la entrada de la pequeña ciudad.
—Mark no se ve feliz—Dijo Eero medio adormilado.
—Tal vez le asustó el precio de la gasolina o algo así—Aki seguía en su juego.

Lauri sacó su celular de nuevo. La pequeña y nítida pantalla le iluminó el rostro mientras le enseñaba un contacto en especial.
“Paula”
Ese no era el número de su celular, era el número de su casa, la casa de ambos. A veces Pauli le preguntaba por que no había cambiado el nombre al de casa. La respuesta era fácil: Lauri casi nunca estaba en casa…su casa era más un avión o un cuarto de hotel.
“Llamando…”
Lauri se puso el auricular en la oreja. Esperó a que ella le contestara…y esperó.
Llamó de nuevo pero nadie le contestó, solo se escuchaba tono de marcado.
—Maldición…Paula—Soltó Lauri en un susurró casi inaudible,
— ¿Dijiste algo? —Eero, quien estaba del otro lado del camión, le mandó una mirada.
—No…—El se guardó el móvil en el pantalón.

Mark y Sam entraron de nuevo.

— ¿Qué pasó? ¿Vendrán las fuerzas especiales de Finlandia por nosotros?
—No Lauri
— ¿Entonces?
—No vendrá ni Seppo, nadie me contesta. — Confesó Mark.
—Que raro—Eero no mostraba su preocupación verdadera.
—No tanto, no con la hora que es—Sam bostezó mientras ponía el camión en marcha.
Lauri notó que se adentraban más en la ciudad y se alarmó.
— ¡¿Qué haces?! ¡La carretera esta por el otro lado!
—Lo sabemos, pero el tanque de gasolina tiene una fuga, no nos podremos ir hasta que lo reparen—Dijo el chofer.
— ¡Ponle un chicle y ya!
—Lauri siéntate—Le ordenó Eero— Estas muy alterado, necesitas descansar.
Lauri le obedeció de mala gana.

“Ya no quiero seguir con esto…ya no quiero seguir con The Rasmus…quiero que este circo termine…! Quiero estar en mi casa y jugar con mi hijo!...Quiero abrazar y besar a mi esposa hasta cansarme…quiero dejar de usar una mascara cada noche frente a miles de desconocidos. ¡Quiero dejar de ser lo que YA no soy!”
Lauri podía sentir como su cabeza le palpitaba. Creía que le iba a explotar.
Mientras sus compañeros contemplaban la pequeña y pintoresca ciudad el no podía separar sus ojos de la pantalla del celular, solo quería que este sonase con la cara de su esposa y el numero de casa en la pantalla.
Estaba frió y desierto donde el camión se detuvo. Era en una plaza o algo así.
En el centró había un imponente árbol con ramas tan gruesas como un auto y el tronco era aun mas corpulento con sus docenas de raíces sobresaliendo de la negrusca tierra. Entre sus ramas había hileras de pequeños focos blancos, como los de los árboles de navidad.
Alrededor de aquella plaza o parque, se encontraban edificio coloniales con arcos y puertas que caracterizaban la época de construcción.
Había un edificio en especial que le llamó la atención…uno con altos arcos y enredaderas.
“Hotel La Hacienda, Cuatro estrellas”

Aki estornudó al poner un pie fuera del vehiculo.
Pauli, aun medio dormido se abrazó, a si mismo. Estaba realmente frió ahí.

—Mis respetos para este lugar, soy de Finlandia pero tengo frió—Pauli hizo fricción con sus manos para obtener algo de calor.
— ¿Cómo te atreves a traernos a un hotelucho de cuatro estrellas? — Lauri estaba que no se la creía. ¿Qué hacia alguien tan famoso como el en ese lugar?
Mark le ignoró y entró a registrarlos.
—Para mi esta bien este lugar—Eero se estiró y bostezó—Me parece agradable y es bonito. Además no creo que nadie nos acose aquí.
—Claro… como podrían darse cuenta de quienes somos—Lauri señaló el autobús sin rotular—Olvídenlo—bajó la mano apenado.
Por lo poco planeado y precipitado del viaje en bus no habían tenido tiempo de mandarlo a rotular.
—No creo que nos reconozcan en este lugar, tranquilízate. Además prefiero dormir en un hotel cuatro estrellas, a tener que seguir oliendo los desagradables gases de Pauli—Dijo Aki
— ¡Hey! —Vociferó Pauli —No me levanten falsas
—Claro, lo que digas—Aki entró al hotel.
Lauri se quedó observando el pequeño parque de enfrente, el que estaba en medio de los edificios con el gran árbol.
—Lauri—Una mano en su hombro le hizo dar un brinco—Perdón, ¿Te asuste?
—No… ¿Qué quieres? —Le preguntó al hombre de gabardina negra, ósea a Mark.
—Ya puedes entrar, Sam ya se encargó de llevar una maleta tulla a tu recamara—Mark le entregó una llave con el numero 10.

El edificio era lúgubre y estaría por completo a oscuras de no ser por unas cuantas lámparas que irradiaban luz amarilla.
—Las paredes se están descascarando—Dijo Lauri asqueado.
— ¡Chicos, vengan a ver esto! —Gritó Pauli.
—Pauli, no grites, es un hotel. —Le reprendió Eero.
—Sinceramente no creo que haya más gente en este lugar—Susurró Mark.

Pauli sostenía su cámara y a sus espaldas se alzaba un enorme rosal de flores escarlata. Los pétalos de aquellas flores eran tan rojos como la sangre tibia.
—Hay que tomarnos una foto aquí—Pauli le pasó la cámara a Sam.
—Digan “Queso” —Bromeó Sam con la cámara en posición.
—“Queso” —Masculló Lauri de mala gana y aun con los lentes para sol puestos.
— ¿No tienes una sonrisa mas fingida? —Le reprochó Aki a su compañero.
—Lo que tengo es sueño—Lauri penetró el cerrojo de su alcoba con ayuda de la llave. —Buenas noches—Dio un portazo.
—Si, sueña con los angelitos…—Mark se fue a su cuarto.
Los demás siguieron su ejemplo.


Lauri se quedó examinando su habitación, era simple, pequeña y con un toque extrañamente hogareño. Nada como los otros Hoteles a los que estaba acostumbrado.
“Pudo haber sido peor…pudo ser un Motel”
Pero lo mejor de todo era que no había fans “locas” gritando desde la puerta del hotel.
Lauri dejó sus lentes en una cómoda, junto a la llave no. 10.
El bostezó y se estiró en la privacidad de aquel lugar, pero ahora sin camisa.
El cuarto de baño estaba limpio e igual que la habitación era agradable. No era la gran cosa comparada con otros hoteles, pero estaba bien. Tenía una tina pequeña en color jade, en la cual daría su cuerpo.
El sonido del agua era tan tranquilizante y tan suave que casi se quedó ahí dormido.
Cuando por fin salio del agua se estremeció por el brusco cambio de temperatura, recordó el frió antes mencionado por su amigo Pauli.
Una toalla del hotel se encargó de proteger sus partes nobles mientras que otra secaba su amarillento cabello.

El se miró al espejo con la toalla para el cabello en su cuello.
—Estoy ojeroso—Con un dedo hizo mas grande la imperfección debajo de su ojo derecho.
Acto seguido bostezo y se mudó de ropa.

Una vez en la cama intentó llamar a su casa en Finlandia una vez más. En aquella parte de América eran casi las 5.am, por lo tanto en Finlandia… tenía que ser algo más de las 12.pm.
—Por favor… contesta. —Suplicó con el auricular en su oreja. Entonces el tono de marcado se detuvo para darle paso a la hermosa voz de su esposa; Paula.

“Hola, hablas a la casa de la familia Ylönen, por el momento no podemos contestar, así que deja tu mensaje después del tono. Gracias.”

Lauri echó un soplido, estaba molesto consigo mismo por lo del mensaje del aparato contestador, desde que se mudaron a la nueva casa el había querido que ambos hicieran el mensaje…pero por cosas de trabajo no se había podido.

—Paula… hola, soy yo…Tuvimos unos cuantos problemas…pero ya estamos mejor. —Dijo entre pausas más o menos largas— Te llamo más tarde. Te amo. —Su despedida no fue muy cariñosa y colgó.
“Olvide decirle que le de un beso a Julius de mi parte”
Pensando que era un mal padre intentó dejar otro mensaje… pelo la batería del celular no quiso cooperar.
—Diablos…—Tomó su bolso personal, era uno pequeño que casi nunca se separaba de el. En el estaban cosas de primera necesidad como el cargador del celular y los audífonos para escuchar música. —Por suerte el tomacorriente es compatible…Ahora a dormir—Dejó el teléfono cargándose casi sobre la cama e intentó dormir.
Fuera del edificio comenzaba a llover cuando la ultima luz amarilla se apago en la habitación numero 10.






Una vibración sacó a Lauri de sus sueños. Eran las 7.AM y la luz apenas y se filtraba por la ventana.
—No…—con cansancio desactivó el despertador del celular e intento dormir un poco mas. La cama era más mullida de lo que se había imaginado.
Sin embargo la vibración regresó dos minutos mas tarde.
Ahora el optó por apagar el aparato…pero este continuó con su vibración.
Molesto, Lauri se incorporó y mas despierto inspeccionó el celular.

“7.AM”

—Seguro Aki me programó la alarma—Lauri le dio poca importancia y se metió al baño sin siquiera verse al espejo.

Después de bostezos y una buena enjuagada Lauri ya estaba mas despierto para comenzar un nuevo día. Tomó la llave y celular y los botó en la mochila personal y esta se la colgó a la espalda.

Afuera de la habitación el hotel se veía casi igual…solo que las paredes estaban más descascaradas que la noche anterior y las plantas de los jardines más muertas de lo que pensó. Una de estas plantas le llamó en especial la atención: El rosal.
Lauri tomó una rosa en sus manos, una negra. Estaba muerta y seca, como el resto de la planta.
“Pero si apenas ayer estaba verde y viva… y las rosas eran rojas, no negras”
Extrañado, Lauri despedazó la flor en sus manos y dejó que el viento se robara la ceniza.
—Que raro…—Dio unos cuantos pasos hasta el cuarto de Pauli—Pau, despierta o Mark nos regañara—Mas sin embargo nadie le respondió.
“Tal vez están en la cafetería de la entrada”
Ansioso por irse de ese abrumador lugar, Lauri atravesó pasillos y bajó unas pocas escalinatas hasta la entrada del Hotel. Pero no encontró a nadie.
—Jajaja, que gracioso chicos—Dijo en voz alta al percatarse de que tampoco estaba el autobús.
Lauri no estaba preocupado, mucho menos asustado. Solo estaba molesto por la actitud de sus compañeros.
“Tal vez es uno de esos programas de broma de MTV” Lauri buscó paranoico alguna cámara escondida.
—Bien, entonces me voy a ver televisión—Lauri se dio la vuelta para entrar al hotel. Pero este estaba cerrado. — ¡¿Cómo?! —El solo había dando un par de pasos a la calle cuando las puertas se bloquearon.

Su piel se estremecían con cada tintineo de las campanillas y otras chuchearías colgadas en el imponente árbol frente a el. Lo curioso es que no podía ver nada mas aya de aquel árbol, la neblina era muy profunda.
—Entonces explorare, es mejor que quedarme aquí haciendo nada—Aun escéptico comenzó su matutino paseo por aquellas calles extrañas. El estaba casi seguro de que todo el ambiente estaba bien controlado por la MTV.
“Solo es una estupida broma”

Los susurró en el aire eran tan fastidiosos que el terminó colocándose los audífonos de su Sony Ericsson. Un poco de buena música no le vendría nada mal
Caminó sin rumbo hasta llegar a ver un pequeño puente de roca.
— ¡Ya me cansé de jugar! —Se guardó los audífonos y el celular en el bulto— Solo me quiero ir. —El arrojó una roca al agua y las ondas distorsionaron su reflejo.

Entonces por fin comenzó…

“¿Que fue eso?” Lauri había escuchado un pobre intento de respiración. Sonaba como alguien muy enfermo de la garganta.
De entre la neblina tres siluetas se le presentaron a nuestro protagonista. Caminaban con dificultad y a menudo se ladeaban asta el punto de casi caer.
— ¿Qué diablos es eso? —Lauri agudizó la vista para asimilar que era lo que se le acercaba.
“No lo creo”
Ya estaban a unos siete metros de distancia cuando Lauri pudo verlos mejor.
La piel la tenían engangrenada y sus brazos eran largos y flexibles, hasta el punto de parecer deshuesados. Eran invidentes. Sin embargo contaban con enormes bocas llenas de dientes punzantes.
Su instinto le gritaba que se retirara, pero su “raciocinio” le decía que eran tipos disfrazados.
“Los de maquillaje se esforzaron esta vez…casi me la creo”Confiado, Lauri caminó asía las lentas y enfermizas criaturas.
—Ya, me rindo—Uno lo tonó del brazo con mucha brusquedad— ¡Hey Cuidado!
Entonces las cosas se le confundieron mas a Lauri, pues uno de esos seres clavó sus numerosos y malformados dientes en su hombro derecho.
La sangre se mezcló con asida y quemante saliva.
Lauri entrecerró los ojos antes de estallar en un grito de dolor.
Intentó quitárselo de encima, pero ya tenia a los otros dos sobre el.
“ !¿Que es esto?!” Le gritó su alarmada conciencia.
Entre gritos e intentos de respirar su visión se fue mermando hasta la oscuridad total.
“Quiero despertar”








Rosas Negras (Primera parte, Capitulo 3) Rnlluvia2pv8







...
-Gracias por leer, aprecio los post, de verdad cat
-Ese fue el final de la 1 parte n.n en la proxima narra Lauri
-Pondre otro cap si estos tres les gustan
-Hagan todas las preguntas que quieran, las contestare.
-Perdonen si la historia es tonta -.- y perdonen la mala redaccion .__. soy novata.
-Criticas porfa, el chiste es mejorar.
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Rosas Negras (Primera parte, Capitulo 3)
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