Restauro con lentos barnices,
con suaves pinceles y temples, espátulas,
lentes cóncavos, convexos,
las infinitas mascaras, los secretos perfiles,
los rostros esfumados y craquelados
de este espejo de memoria,
de esta caja de cristales,
así, levantando el velo que la vida
deja sobre lo cotidiano,
mientras se habla, mientras se escribe,
mientras se intenta,
recuperando en suma el valor de las palabras,
reconstruyéndome en el día a día
a través de tus transparencias,
atento a tu voz, rescatado por tu voz,
de Marechal en el cuaderno azul de Adán,
de Hurondo dentro de las batallas,
encomendado a las materias de Neruda,
roto y disperso,…. lobo en tu fragancia,
me detengo en el silencio que me mira,
ciego de nostalgia, estrella ciega,
manzana de oro que la cazadora atrapa
para que el lento Hipómenes viva,
danza del amor que perdura
fuera del tiempo y del espacio,
buscando hierbales que me guíen
más tarde, en las entregas,
mas tarde, entendí que el precio
de las intensidades es la vida,
al pie de tus palabras,
sin tregua, habitado fugitivo,
en las estelas de memoria
que tu lengua de tinta, convoca
cada noche del mundo, y me deja ser
animal bajo el cielo, araña, rocío, caracol,
mercurio, cópulas, proverbios,
en los instantes transparentes de tu alma,
desvelado en tus ojos verdes
puteando en las esquinas,
intruso, forastero de lunas,
como si tu poema se transformara
en una hembra y palpara mi deseo,
conjurara las esperas,
entrando para respirar de ti
donde el mundo vacila lo frágil de cada instante,
como si mi lengua desatada
entre tus piernas,
me amparara en tus humedades,
trópico en los laberintos,
beso en los breviarios,
tacto, libro, lágrima,
cuándo, cómo, dónde?
Se instala el giro de la esfera
y se disipa el mundo, en tu mirada,
oscila, en un momento descalzo
y es un
temblor contra mi ventana,
las horas que se restauran
en el hilo frágil de la distancia,
las medidas misteriosas a medias
luminosas que desatan el deseo,
la hojarasca virginal pensante
de los almanaques,
restauro cada instante y comprendo
del caos que desciende
y estrecha los sueños,
¿Dónde, el idioma se curva,
y se enrolla como un perro?
Muerde silabas, ¿ Donde, y no lo sabe,
y no responde, ..? es un fuego aparente
un niño entre ovillos, un
relámpago de ojos, ¿Dónde el poema
se desdobla, se desnuda se ensucia..?
No lo se,… apenas te busco, te
reparto entre palabras, te elevo
en la ola de mi cuerpo,
te abro con las llaves de la ternura
entre fluidos y vértigos,
actos y formas,
sobre los motivos de mis manos,
mientras la locura
se asoma por mi alma,
se extiende por la casa,
y al fin entiendo, sabes,
a pesar de las brumas
de lo que se restaura y lo que se oculta,
de las certezas desoladas,
la cicatriz de las horas, y la infamia,
Tu,….estas conmigo.
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