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¡Mami… ven… ven…. Rápido¡--- le dijo Felipito, arrastrándola de la enagua.
La mamá asombrada le siguió y le preguntó:
¿ Qué pasa Felipito ?
Es que una niña tiene la cara llena de hormigas, mami…
Ven, que la van a picar--- decía el niño con cara de aflición.
La mamá por supuesto pensó lo peor, que la chiquita se había caído en un hormiguero de esas hormigas llamadas zompopas, que son entre coloradas y negras, con todos lo matices y que pican muy duro, recogió la botella de alcohol y emprendió la marcha rápido hacia donde la niña…
Era todo un espectáculo, Felipito arrastrando la mamá…
Y de pronto llegaron:
¿ Dónde, dónde Felipito ?
Ahí, ahí, señalaba con la punta del didito a una niña de cabellos rojos…
Una estruendosa carcajada se le vino a la mama cuando vio la carita de la niña…
Entonces se volvió a donde Felipito lo abrazó con esa ternura que solo las madres tienen, lo beso y le dijo:
¡ Amor, eso que tiene la niña en la carita son pecas, pequitas y no hormiguitas.¡
Las tienen las niñas de cabellos rojos continuaba cariñosa, mientras una “o” se convertía en mayúscula y matizaba de asombro la boquita del niño, todo mezclado con la ternura hecha sonrisa de la mamá que adornaba el mundo…
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