Admiraba en silencio
el eximio de tu verde mirar
extirpando entre mis manos
la ausencia de las ansias
y un deseo que enmudecido
ardía incandecente...
por el delirio de tus
curvos labios.
Sentida extraje tu aroma
y a distancia logré
poseerte, incrementando
el deleite y mis ganas,
desbocando una locura
incierta.
Sentí la plena llenura
de tu amor por mí
inconfeso, y quiero deciros
travieso, que mis contornos
serán siempre tuyos.
Piérdete en mis llanos
desiertos, enamórate
de mi pelo de noche,
ven y desborda el derroche
de esos tus ojos de cielo,
reflejo hermoso de tu alma
regalo en los míos...
ese que es tu espejo.