Ya no comeré puñados de estrellas:
Ilécebras con las que alimentas mis emociones…De boca a tu boca caí desbocada enésimas veces,
aprovechándose ella del invidente deseo
que recóndito crecía en mis entrañas.
Trastocaste mi corazón cada vez que podías,
-sin treguas, sin pausas-
batallón de entorpecidas alteraciones sanguíneas
desfilaron crueles en mis venas.
Saliva vipérea salpicabas en mi vientre,
buscando socavar, con tu lengua insistente,
la raíz de mis huesos.
Trazos de magma ardiente con tus dedos compusiste,
usando roces sucesivos sobre el papiro de mi cuerpo
deletérea tinta esparciste.
Lograste entrar desplazando la casta piel
que le pertenecía a los amaneceres,
fragmentar el límpido espíritu íntegro
de los gigantes atardeceres
atestándolos de diabluras que silbaron
agónicos gemidos vehementes,
y transfigurar su ingenuidad
a insensibles guijarros inclementes.
¡Oh sentimientos inmaculados
aplazados por recelos y temores!De hoy en más seré
granítica estatua que se aleja de sus brazos,
que en pétrea mirada, no se pierde en artimañas.
No daré de beber agua a una gruta sanguinaria
ambiciosa por desintegrar con sus dientes
las últimas gotas que de mí granan.
Abeja sin panal fijo, sin alas y sin miel,
siendo ahora yo, piedra diamantina
prueba incrustar tu endeble aguijón en mí,
todo lo que gustes… (
Foto:
Diosa Atenea)
29/08/2008-Nora