Que rico el té con canela,
Acostado en un tálamo inexistente
Contemplando noticias que son de otro mundo
En la tele pequeña que incesante pestañea.
Que rico el té con canela,
Mientras las murallas se desasen
Y los globos caen como piedras
Me sonríen los relojes
Apurando el tiempo
A tus ojos de avellana,
Apresurando la noche
A mi espalda adolorida.
Por que decidí amarte y solo ser tuyo
Decidí crear un mundo
De everest pequeños
Y grandiosas hormigas
Para quedarme en él un rato
Cuando no te tengo
Y regresar a ti,
Cuando la realidad
Sea más dadivosa y florida.
Veo que las puertas vuelan
Y ya no pestañean clavadas a las paredes,
Florece la alfombra
Hurtándole a la noche
El rocío fresco de las afueras.
Es el mundo nuevo
Del inexistente tálamo
Del inexistente reloj guepardo
De las murallas que no son
Y los globos que no se desinflan.
Que rico el té con canela
Té verdadero; sabor verdadero
De estas verdaderas noches
Y estos veraces fríos.
Pero, qué es la realidad
Si no estoy contigo?
Es realidad sombría
Realidad egoísta y ladrona,
Y allí hállame creando
Balanceándome en los arco iris
Acamandome en el tálamo inexistente.