Te conozco con los ojos cerrados,
te he recorrido
despacio con mis labios,
cada pezón tuyo,
lo he besado.
Se de esa cicatriz,
detrás de tu oreja cerca del sueño,
con mis manos
he cartografiado cada centímetro
de tu piel.
Puedo navegar sin que la luna estè,
puedo llegar a tu guarida
con mi mástil y sus velas abiertas,
sin encallar entre tus piernas.
Me podría volver loco
en tu oasis, èse
que se forma, antes de llegar al final de tu espalda.
No hay nada que me ocultes,
no hay nada que no me hayas entregado.
He estado tirado sobre tu cuerpo,
sobre tu playa,
como nàufrago que despierta,
por los cantos que tus aves desperdician sobre el viento.
No soy tu dueño,
ni eres mía,
pero he recorrido tus habitaciones
entre puertas que me invitan
a cada pliegue,
a cada aroma.
Que tan cerca puedo respirar de tu alma
què tan perdido puedo estar,
cuando llegas al clímax,
y eso que te conozco....
y eso que recorro tu caminos
como fantasma que deambula, preso
de tus caricias