Luis Alberto Gontade
Cantidad de envíos : 3 Edad : 50 Localización : Montevideo, Uruguay Empleo /Ocios : profesión liberal/ escribir Humor : normal Fecha de inscripción : 30/06/2011
| Tema: Polvos al viento Sáb Jul 28, 2012 12:38 pm | |
| Traquetín de panderetas, tu pollerón de granada. Tibiecita de ordalías, hizo astillas de mi orgullo, y del tripejo de odio, ¡porque sí¡ ¡porque por nada¡
Un odio que viene de lejos ¡Vive Dios¡ Mi garguero atravesaba un espino pavoroso que un cuervo trajo en su pico, retazo de un tiburón resecao sobre la orilla de una playa abandonada donde estrellitas de cuarzo con las gaviotas jugaran.
En un ala entre tus alas, dulcecito, de fatigas noveleras he podido finalmente, dar por descansá mi arma. Liberta de pesadillas, ¡las putas¡, que se agrisaron mi pelo… Tómalo así: Que mi pelo, se agrisaron en noches de vigilia insana.
Hoy, ahora, mira… puedo, con er puñal del deseo. Vaya que sí; que ahora puedo, con esa hoja de miedo, abrír tus puertas con calma. Con obstinación me haré, con tus trocitos de nácar mi nave de corazón. Batiré con mis ungüentos riadas de melancolía que me ocultan tus encantos y los caprichos sabrosos que respiran en tu aliento.
Tu boquitica de brasas, ¡Ay¡ Tu boquita de uvas pasa, insatisfecha de carne… Por mi curpita mi niña… Por mi condenada curpa, Halcón rojo de tu sangre ¡Ea que sí¡ menesterosa de besos… cual un hechizo embrujao me ha devorao el alma.
Estribao entre tus senos de turgencia satinada ¡Ay¡ Carmen del desamparado, el hontanar de mi esencia… (Vergüencita… no te enojes); almíbar de azúcar blanca, traspasará el arco augusto de tu entrepierna encelada. Pues bien que… probado está: Lo que nos satisface el alma hace luz en las querencias; y los perros de la angustia (que de palos le daremos) se baten… Ay que sí, pero que sí… capullito de petunia, se baten… en retirada.
¡Várgame la Virgen Santa¡ Que fue solito soplar el viento… el que entre las olas danza. Un soplidito de nada… y tus pechos… flamígera ventisquera abrió flores dolorosas marchitaditas de astío… consumidas de añoranzas.
Una rosa, Una rosita sola, entre tantas, cómplice de tus andanzas se me ofreció querendona para que en noche sin luna tus perfumes te robara. Los que guardas ¡mi castigo¡ entre almohadones de seda donde reposa tu rostro, feliz, como alondra y su huevillos abrigá entre las zarzas.
(Creo que acá viene lo más bueno) Y aquella… mi marea untuosa que tu sexo más deseaba. (¡Qué calentura mi reina¡) te estremeció de tal modo, que más de un volcán desease… Mira tú, mi arcángel negro. Que algún vorcancito bravo ansiase… (capricho de vida perra) echarse al fondo del mundo con una gran piedra atada, a una anclota de hojalata Tal la humillación aquélla, mi solcito, beso de media mañana… Sí…era tal su humillación ¡por “esta” te juro Reina¡ aquella que le causara tu inflamación hecha pira. Virtud de una pecadora hermosa arropada de ternuras e ilusiones alocadas.
( A estas alturas a la chica le hacía falta un matafuegos)
Cópula, humor de caricias, desde ha mucho aherrojadas, ¡Chissst¡ a pasionarias de orquídeas engarzadas de esmeraldas. Y aún así, si tú lo quieres mi diabla…, a manuelitas de záfiro y escamas de luna clara.
Volantero peregrino, sátiro de cola larga, te soñaba, ¡sí que sí¡ Vale, que sí te soñaba embriagada…, por el rancio y rudo canto de un marinerillo pobre… pobre de toda pobreza alejado de su amada.
Por cierto…distanciao, muy lejos tanto que quizá… ¡suerte ladina¡ ni siquiera lo esperara como él se lo quisiera. ¡Ahí¡ Cociendo sus cebollines Con alcaparras y el vino Pues sí… de aquel blanquitillo turbio y seco, mi alma ¡Qué por qué no, ya qué sí¡ con rosquillas de manzana
(Crees tú, sabio lector, que “una mina” lo iba a esperar con “rosquillas” a este putañero)
Tu corpiñito me ahoga Tu trusa… las gasta caras. Tu lengua… Tu San Francisco, …y tus pelos Ya, ya, ya… de tus pelillos: Los de “ahí”…
(El ordinario este le señala el pubis ensalivado)
El mejor de los manjares. Ummmh… Delicia…o acto delictivo (¿?) que habrá de perpetuar el tiempo. ¿Qué digo? Que ha de ganarle al tiempo …mamita… Que al tiempo ha de meterle mirra. Y de la tuna… ni espinas, como dicen los esclavos.
Por tu pelvis torturada (-¿Qué mi santo?)… corren bastoncillos blancos y tortelitas de almendro. (-Si así lo quieres llamar,) ( ¡Sea¡) cual manantial desbordao. Mi lamento empotrillao , tus gemiditos de gracia incineran tus pezones; (-¡Hay¡ ¡Hay que me voy…¡) y tus nalgas de ciruelo me saben a brote tierno (-Bobito…) maduraos en la hondura abrazadora del sexo.
( Qué “afrecho” tenía estos dos ¿no?) Tu marido… el celosón; pronto habrá de preguntar: “¿Dónde estabas?: Tus deberes aguardaba”. Vaya desgracia la nuestra ¡Le metería tres tiros¡ Cabrón de la Santa Gracia Amarnos… montando guardia…
Nuestro tiempo que se acaba -¡Ay¡ Que el tiempecito se acaba Y sobre mi velludo pecho tu nariz huele mi entraña como buscando a la virgen… (sólo por breve lapso, maja) -(¡poquititico mi Rey¡) sin delito,culpa o falta. Virgen para mi solito -(Reitero: Por poco tiempo mi Rey) como el sangrar de la fragua que en tu espaldas refleja cual huella de mula flaca. O un mural de brocha gorda que embelleciesen los niños Custodios de la esperanza.
El autor se siente incómodo. A lo mejor adolece de necesidades que no las puede resolver un paseo por la rambla de Montevideo donde se detuvo a escribir esta cosa. Como un ovino el paso de un tren, observa a todo el mundo prendido de un chupón. Las chicas, que ya (uno) no las considera humanas, sino diosas de mitología sin excepción, comentan al pasar, entre risotadas, las últimas novedades de la farándula argentina: Que si Matías Alé de tan conquistador que es al final es un marica reprimido; que Moria Casán se las conoce todas pero siempre encuentra alguna más grande que la sorprende. En fin…En Montevideo la gente toma mate y come bizcochos con el pensamiento fijo en “aquello”. Viejos, veteranos, adultos, jóvenes…todos, todos portan, tanto en la cartera de la dama como en el bolsillo del caballero…el condon de "porlasdudas". Sí, ya no caben dudas: A uno le hace falta la compañía de una mujer. Es eso. A propósito…fijate vos ¡Qué coincidencia¡ Una rubia opulenta pasa por delante (de uno) echándole una mirada disolvente. "Recogeré mis cosas – piensa uno- e iré con prudencia canchera tras el “budinazo”". (Uno) arranca con prudencia, las expectativas no son pocas. Revoleando la melena tuerce el paso hacia las escaleras de acceso rumbo a la playa desierta. No lo mira (a uno) pero la intención es evidente: Casi nochecita, tamarices tupidos, nada de gente…; sin embargo se apresura. Baja los escalones de dos en dos. Ya casi corre por la arena y (uno) la pierde de vista. Sabe que no puede estar muy lejos. La adrenalina mete bombo. (Uno) se detiene antes de bajar, también, y mira para abajo como un estúpido, tipo Polino ¿Qué estará haciendo? (Uno) no logra entender ese apuro. Por la media luz del crepúsculo (uno) alcanza a ver como se levanta la mini y mea, - peluca en mano -, un chorro potente sobre el rincón del malecón. El "trava" lo saluda (a uno) agitando la manaza: "No te vashas cariño que “sacudo” y nos quedamos aquí, a gozar de una shuviecita de deseo…nene divino". (continuará…)
LUIS ALBERTO GONTADE ORSINI Julio de 2012 Derechos reservados.
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