Discreta sigilosa
desvístete frente a ella,
esa, de grandes y copudos olmos
esa...lagrimeante señora,
que baña incesante con su sangre
de cobre.
Delinea de frente
sombría compañía, el duelo
y con el desvelo cansado
de la madrugrada ultrajada,
que deshilvana quejidos
moribundos, de un éxtasis silencio... casi inerte.
Contráete, mutilándote...
tus incorpóreos contornos
decrifrando tus misterios obscuros,
aguardando tu expiración malsana.
¡¡Vengan!! caigan sobre mi...
y desgranen sobre mi espalda
sus astros, desaparezcan en mis
azabaches córneas,
quiero perderme con ustedes!
aves de plata,
coralinas de aguas
ahóguenme juntas...todas
no me dejen sola...
¡¡piedad!!
que sola ...
sola yo muero.