Pálida reina de diamantes
Privada de mis amores,
delicadamente hermosa
insinuante es tu sonrisa,
Bésame con premura con
el cáliz de tu boca.
Haz que mis ojos no paren
De contemplarte el brillo,
Cual me harta de las ganas
En sentirte cerca mío,
Y así descubrir en tu cuerpo
la caricia.
Donde mi alma se desboca
Por sentir tu brillo candoroso
en mi pecho tibio,
Abrázame locamente
En el desquicio de mi locura.
Quiero hasta mi sepultura
Llevarte joya preciada,
Mi inigualable amada
Razón de mi sonreír,
Ven a mi lado te invito a vivir.