Mujer, en el camino subterraneo
ofreces papeles rojos
tendiendo tu mano y cediendo tu sonrisa
con ella iluminando el oscuro camino
bajo los caminos
bajo los ruidos
y bajo la luz,
tú, rostro sonriente
cabello amable
quieto porque en el camino subterraneo
ni el viento merodea intruso.
Solo hay polillas y algunas goteras
y gente que vende,
y tu mano extendida
que ofrece papeles rojos.